Naturaleza única
Como ningún otro lugar en la Tierra
No, no te encogiste. Sucede que Yukón es enorme y, cuando ves sus imponentes montañas, lo extenso de sus cañones y su majestuosa vida salvaje, puede parecer gigante y abrumador. Después de todo, es un territorio con 483,450 km2 de extensión. Pero no hay nada de qué preocuparse. Pese a su enormidad, es fácil de explorar. Basta con recordar que tiene el mismo tamaño que España —aunque con menos bodegas de vino y más bosques boreales— y que uno de los pasatiempos favoritos de los yukoneses es adentrarse en sus vastos espacios naturales, de modo que, pese a lo remotas que parezcan algunas áreas, siempre habrá locales dispuestos a darte consejos para que disfrutes el viaje.
Tan grande como la vida
“La última frontera” no es un sobrenombre, sino una realidad. Yukón es, en verdad, la última frontera de Canadá, y su poca densidad de población deja espacio para enormes maravillas: tan solo en el Parque Nacional y Reserva Kluane encontrarás los campos de hielo no polar más grandes del país y también sus montañas más altas, siendo el Monte Logan el pico más alto. Considerado “el abuelo” del resto de las montañas, alcanza los 5,959 metros, lo que equivale a 11 veces la altura de la famosa Torre CN de Toronto. Por si fuera poco, los ríos de Yukón también alcanzan proporciones legendarias. El poderoso río Yukón, por ejemplo, corre a lo largo de 3 mil kilómetros, abriéndose camino entre maravillosos paisajes y cruzando ríos en los que la gente pasea en canoa, lagos alimentados por glaciares y parques nacionales de clase mundial. Por si fuera poco, el río Yukón cuenta con el suficiente hielo glaciar para que hasta el café más caliente se enfríe en segundos, incluso en los abrasadores veranos alumbrados por el sol de medianoche.
Las maravillas naturales
Asombro cromático No importa qué área de Yukón visites porque en todas encontrarás algo épico. Aunque, claro, hay sitios especialmente extraordinarios como el río Tatshenshini, donde se encuentran el área protegida más grande del mundo y los lagos Emerald y Spirit, que sorprenden con los colores etéreos de las aguas del norte. Pero si además de los azules más bellos te interesan los tonos ocres y dorados del otoño, tienes que ir al Parque Territorial Tombstone, donde hermosas capas de colores cálidos se superponen y se intensifican al máximo justo cuando el sol está por caer. Entre los efectos del ocaso, las auroras boreales y el sol de medianoche, el colorido y la luminosidad harán que tus recuerdos de Yukón se vuelvan eternos.
Naturaleza y vida salvaje
Yukón es, en un 80 por ciento, un territorio indómito, y esto lo convierte en el hogar perfecto para una gran diversidad de animales salvajes. Variedades únicas de picas, marmotas y un sinfín de criaturas, te permitirán pasear en su hábitat siempre y cuando respetes su espacio y no las mires fijamente. Entendemos que es difícil apartar la vista cuando te encuentras con un majestuoso alce o con un puercoespín curioso, pero te aconsejamos traer tus binoculares y un buen zoom para tu cámara porque, aunque son sumamente hermosos, los animales salvajes son… bueno… salvajes. Recuerda seguir siempre los caminos que ya están delimitados e informarte sobre las medidas de seguridad en caso de un encuentro con nuestra fauna (como llevar contigo un spray repelente de osos). Todas estas medidas son importantes en un territorio en el que hay dos alces por cada humano y solo dos humanos por cada oso.